El interés por las stablecoins y las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) no cesa a medida que las empresas, reguladores y gobiernos empiezan a apreciar las oportunidades de transformación que ofrecen estos activos digitales. Mientras que la COVID-19 ha provocado un descenso en el uso físico de dinero en efectivo, los gobiernos de todo el mundo han dado dinero a sus ciudadanos, lo que posiblemente ha impulsado la mayor inyección de efectivo en la economía mundial de la historia. Por ejemplo, en EE.UU. 20% de todos los dólares jamás creados se hizo en el 2020. Aunque su intención era proteger los puestos de trabajo y proteger las economías del impacto de los cierres, el resultado fue que muchas personas recibieron pagos que posiblemente no necesitaban; sin duda, hemos visto cómo las tasas de ahorro se disparaban considerablemente.